Esta canción de Bebe, con su español andaluz que se come las eses me conecta con una situación, como diría el tango "malévola y feroz". Por eso es que me he perdido tanto tiempo de este blog, porque necesitaba mi propio tiempo para digerir, asimilar y finalmente superar lo que me pasó. pero se puede superar en realidad? a mi la palabra superar me suena a pasar por alto y una vida que lo supera todo, creo que es muy insípida. Me gusta más hablar de aprehender y aprender. Captar, comprender, perdonar y seguir adelante. Si superas, no aprendes, creo yo.
Y si bien puede ser que no merece gastar mis huellas digitales contra este teclado hablando de un periodo tan feo de mi vida en Cusco, creo que debo hacerlo. Primero por una cuestión de deber ciudadano: Tengo la necesidad y responsabilidad de advertir a todo el que quiera saberlo que un "womenizer" anda suelto por ahi, buscando víctimas incautas para saquearles la billetera, partirles el corazón y triturarles la autoestima sin compasión ni verguenza. Y segundo, porque compartir las penas es parte de la curación. No me entiendan mal; tambien me han pasado cosas muy buenas. No me he ido a la cima del Ausangate a llorar a grito pelado hasta quedar sin voz y maldecir mi destino. Nada que ver. Soy producto de mis decisiones de cada día y tambien responsable de lo que me pasa, bueno y malo. Sólo que estando aqui en una ciudad a mas de 3 mil metros de altura, rodeada de los andes, me hace pensar mucho en mi vida en particular y en la vida en general. Y mi experiencia con el womenizer me hizo por primera vez mirarme al espejo y hablarme a mi misma de frente.
Antes que nada, vamos a llamarlo Petardo, porque ese es el apodo que le puse luego de que me di cuenta que " mi amorcito" y "mi vida" no le quedaban ni por asomo. Petardo, porque como un petardo me tronó la vida, al menos mientras lo permití. Petardo, por que su ruido me dejó sorda y sólo lo escuchaba a él. Petardo, porque la onda de expansión cortó mis comunicaciones conmigo misma.
