GlobeTrotter, Diva-Munda,Happy Trip-Friend por Latinoamerica

Vagamunda del Fin del Mundo en Proceso de Descubrimiento de lo que existe dentro y fuera. Sin perder nunca la capacidad de asombro y en estado de constante renovación. Latinoamerica ofrece la posibilidad de tocar la magia con las manos. Descubrir la tierra que nos pertenece, volver a la fuente y al mismo tiempo, viajar con los sentidos por sensaciones nuevas, que funden el yo con el paisaje, con la historia, te hacen sentir parte de la corriente de un rio eterno al cual pertenecemos todos . 100% recomendable. I am far away from nothing, I am all right, I don't miss home at all, Take a chance, leave everything behind you come and join me, Wont be sorry, It' s easy to survive. Chance My Life, I am Living in The Open, Hide and Seek, Feeling The sun in my face, with my eyes wide open to the new world inside and outside my self...

20070426

De Lima a Arequipa


Me desperté cuando ya ibamos en Nazca. Este pueblo es famoso por las misteriosas lineas y en mi opinión debería serlo también por el pan más rico que he probado. Saliendo de Lima y durante casi todo el viaje, la carretera va serpenteando entre las montañas y el desierto, por lo cual hay muchas curvas y a veces zonas con abismos. La carretera sube y baja y a veces va junto a la costa y otras se mete entre las montañas. A veces, el mar esta a tu misma altura y otras, lo ves desde arriba, con sus olas espumosas que se funden en remolinos color turquesa, color que contrasta con el de las arenas.



El viaje desde Lima a Arequipa duró 16 horas, pues, si bien las carretera esta en excelentes condiciones,sin baches y bien señalizada, la presencia constante de curvas cerradas y el hecho de que la carretera vaya subiendo y bajando por la orilla de la montaña, amerita precaución.



El paisaje es sorprendente, a veces a la vuelta de una curva, aparece en el fondo de la quebrada un valle. Es el caso de La Planchada, un caleta de pescadores con su propia fabrica de harina de pescado, que esta en el fondo de un valle. Pocas casitas cuadradas color turquesa y una playita pequeña y de olas tranquilas.



Los macizos montañosos en este tramo son escarpados y de formas caprichosas, como si un niño hubiera hecho montones de barro que el tiempo ha fosilizado.



Desde mi ventana, en el asiento 13 ( esto es curioso pero durante todo el viaje, en cada bus, mi asiento fue el 13) tengo una vista panoramica de la costa sur del perú, donde casi no existen planicies costeras sino que las montañas se mojan los pies en el mar. Las rocas son de colores verdes, grises, amarillos. A la luz del atardecer parece otro planeta, donde la presencia del hombre ha sido olvidada.



Al fondo de una de las quebradas, hay un valle hacia el cual el bus desciende lentamente por la carretera y lo cruza por un puente de metal. Es el valle de Ocoña, donde hay un pueblo del mismo nombre que parece inventado por algun pintor impresionista. En Ocoña el valle es una tela de distintos tonos de verde, donde crecen el maíz, el poroto, la papa y la caña de azucar.


El pueblito está plantado en medio del valle y tienen un rio que desemboca en el mar. Sus casitas son blancas y estan agrupadas, lo que lo hace parecer desde la altura como una manta verde con una mancha blanca al medio. A Ocoña lo cruza la panamericana y se accede por el mencionado puente que da a la calle principal. Hay una peluqueria, tiendas de verduras y frutas y un par de restaurantes. Toda la gente se conoce y basta que lleguen un par de foráneos para que se declare la explosión demográfica. Los pobladores trabajan todos en lo mismo, comparten el cultivo en el dia y el caldo de gallina al caer el sol.



Seguro es el lugar ideal para que cualquier persona estresada por el trabajo o el acoso de la prensa, se pierda de vista. Nadie va a llegar a ocoña a pedirle que firme un oficio o que de una entrevista, porque no hay telefono ni señal de celular. Por otro lado, es el lugar perfecto para hacerse famoso en tiempo record. Basta bajarse del bus y todos los habitantes saldran a mirarlo y los más audaces a preguntarle quien es, que hace y en que anda.



Luego de Ocoña, aparece el desierto desnudo. El camino por el desierto es soledad, soledad y soledad y a lo lejos, cementerios de cruces blancas en medio de la nada, animitas con coronas de papel y la sombra de las montañas sobre la arena: sombras, cruces y arena que me recuerdan que solo soy "dust in the wind".



Unas horas más tarde llegamos a Camaná, donde se suben vendedores de todo tipo de bocaditos estilo peruano. Muy recomendable el choclo con queso y la tortilla de papa, o la mazamorra morada con arroz con leche. Camaná dice ser turistico pero más que eso me pareció comercial y un buen lugar para hacer un alto en la ruta y estirar las piernas. Si usted es una mujer preocupada de su salud, en Camaná ofrecen "Despistaje de cáncer cervico-uterino" por 10 soles.


Durante todo el viaje, una tal "Vera Ballón 2007" nos ha dado la bienvenida desde los muros de cada localidad, desde Atico a Arequipa.



En esta zona es comun ver cultivos de cactus o tuna, pero no es por la fruta sino porque en estas plantas se cria un aninmalito que se llama cochinilla que se exporta para fines cosmeticos y que los nativos usan como tinte para dar el color rojo a las mantas. La cochinilla es un negocio prospero y se la busca viva, muerta o seca.



Saliendo de camaná vuelve a aparecer el verde poco a poco, se pasa por uchuyo, una localidad agricola donde puede apreciarse el cultivo en terrazas, propio de los incas. Son las 6 de la tarde y la gente vuelve del trabajo en el campo. Filas de mujeres y niños, caminando con sus sombreros de paja y ellas ataviadas con sus faldas de 7 fondos y mantas de colores cruzadas sobre el torso donde cargan a sus niños, productos del campo o herramientas de trabajo.



Unos minutos mas de viaje y aparece a lo lejos Arequipa, la ciudad blanca, el centro académico del perú, rodeada por 3 volcanes: el Misti (5,822 m), el Chachani (6,075 m) y el Pichu Pichu (5,664 m). Bendecida y castigada por esta fuerza, la ciudad se viste de sillar, piedra blanca de origen volcánico.



La intensa actividad volcánica ha producido a lo largo de la historia del departamento devastadores terremotos que destruyeron totalmente la zona y obligaron a los moradores a reconstruir, en varias ocasiones, los poblados afectados. Ni la amenaza de posibles erupciones volcánicas o los temibles sismos ha convencido a los arequipeños de dejar sus tierras. Por el contrario, la han convertido en uno de los departamentos más prósperos del país. Después de Lima, es hoy la ciudad más importante del Perú.



El terminal es limpio y amplio y un taxi al centro cuesta maximo 3 soles. Encontre un hotel en la calle de La Merced, a dos cuadras de la plaza de armas y al lado del museo arqueologico donde reposa la famosa momia "Juanita". El hotel se llama Hospedaje de la Merced y por 20 soles obtuve una habitacion con una cama amplia, baño al lado con agua caliente todo el dia, lavadero y cerca de el casco historico, el convento de santa catalina, los mercados artesanales y el comercio en general.








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