Resulta asombroso la plena conciencia que tenemos del valor de las cosas -de un auto, de un abrigo, un pituto en el gobierno,una crema antiarrugas, etcétera-, pero lo poco que podemos decir sobre nuestro propio valor.
Alguien escribió que para "poder amar a otros es necesario amarse a sí mismo, pues sólo se puede dar a los demás lo que uno mismo tiene". El amarse a sí mismo no implica una realidad egocéntrica. No es andar por la vida levantado de pelvis creyendo y haciendo creer que uno es lo máximo porque tiene un auto, un abrigo, una palanca en el gobierno o la más efectiva crema antiarrugas..
Quererse a si mismo es dedicarte genuino interés, calidez y respeto; es luchar por redescubrir y mantener la propia singularidad (aunque digan que eres más un personaje de historieta que una persona); descubrir la verdadera maravilla de ti mismo, no únicamente del tú actual, sino de las muchas posibilidades que posees. Quererte por ser tú y sobre todo porque nadie más puede ser tú, lo cual es un alivio en algunos casos (documentados y con respaldo de testigos)
Yo, por mucho tiempo sentí verguenza de como yo era: de disfrutar mucho la lectura(a veces preferirla a las personas),de haber decepcionado a personas cercanas con decisiones poco acertadas, de no parecer una modelo, de no ser rubia ( aunque lo intenté fieramente), de tener un humor irónico y hasta de mi candor para algunas cosas. Entonces traté "la copia feliz del Edén" a partir de modelos cercanos. Pero no resultó, me agotó espiritualmente. Tal vez me hizo ser más aceptada por un tiempo, pero no más feliz.
Si tratas de ser como alguien más quizá te aproximes mucho, pero siempre serás una imitación sin mayor valor; ser uno mismo es lo más sencillo, lo más práctico, lo más satisfactorio, así que tiene mucho sentido el hecho de que únicamente puedas ser para otros lo que eres para ti mismo.
Enamorate de ti, Se la estrella principal de la alfombra roja de tu vida, se un Divo o Diva por el hecho de ser único e irrepetible.
Si valoras y aprecias el descubrimiento de ti mismo, alentarás a otros a que emprendan esta importante búsqueda. Si reconoces tu necesidad de ser libre para saber quién eres, permitirás que otros también tengan la libertad para hacerlo.
Cuando te des cuenta que tú eres lo mejor de ti mismo, aceptarás el hecho de que otros son lo mejor de ellos mismos. Comienza hoy... sin auto, sin abrigo, sin palanca en el gobierno y sin crema antiarrugas.
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